martes

A veces

Foto: Vitaly Bakhvalov





Inmeresidamente, o irremediablemente encuentro este día como el único en donde por designio del destino, o la vida no sé qué dirección tomar. Sería abrupto tomar como filosofía la rutina, o el vagaje. Y qué hacer. En absoluto desmiento que, bajo el influjo de una ruptura, tal como la mía, exista peor, o mejor saña; quiero decir -qué quiero decir-, No hay nada tanto malo como bueno, o bien, no hay nada en sí mismo que designe un estado de soledad, dolor, alegría... etcétera. Eso está en el ser -el ser humano-.

O sea, realmente estoy siendo tan absurdo, ¡Qué Dios me ampare!

Cambiando de tema:

He recogido algunos versos que dejé inconclusos por varios meses, no tengo una labor de poeta, o de escritor finalmente, mis facetas son sincrónicas -digamoslo de una manera ordenada-, se debe tal vez, a la ruptura constante que tengo conmigo, no se acerca ni literalmente a un en sí mismo -ensimismamiento-, No. Es más un obstaculo por desidia, o naturaleza dueña de no sé qué metáfora vivificante.

Decía, los versos serán escritos a su debido tiempo (si en caso contrario no hay debido y menos tiempo), forman parte de nada, no explican nada y no tienen un objetivo según yo que trascienda lo escrito, a menos que venga un crítico e infiera sobre lo dicho: escribir es sólo escribir, planto la hierba y veo crecerla, sea de dolor, amor, o en su totalidad pasional; la hierba crecerá según el encanto que el lector, o las palabras que el lector capte tanto como yo dentro del poema. Es el culto a la poesía, o a la palabra más bien. Creo en la palabra. Este culto meresidamente a la voz, a la poesía, a la palabra, al poema, se centra en la intencionalidad del artista. En tal caso, no tengo intención literal, o de interés público, más bien, de interés particular. La escabación de mí radica en la esencia de la frase, debería mostrarles algún texto, para corroborar. De hecho estoy siendo muy egolatra. Absurdo, ¿no?
En toda intención existe trás de sí una conspiración de ideas -sentimientos-, el engranaje resulta de una faz radicalmente contraria a la supuesta en un primer instante. Es decir -qué es decir-, de lo malo a lo bueno, dista la verdad, pues no hay en tanto maldad o bondad.

¿Acabaría con el pecho en la poética del canto?, ¡vaya metáfora! Digo, me pasaría lo mismo que a la roca recostada a la orilla del mar, de convertirme en arena, pasaré a media tinta en espuma de cerveza.