viernes

Diez

Octubre tiene sabor a naranja
que a esta hora de la noche
perfuma el paso de la soledad

por las calles áridas de mi cuerpo

Nueve

Esta vez no hablaré de ti
Hace días que siento arder mi pecho
con la flama de soledad que tengo
He vuelto a la calle a llorar incendios
a ver la imagen desnuda
de otra imagen que se repite
me ve y se retira
Todo tiene sentido a la hora en que
me duelo
incluso la noche huele a contrita
esperanza
y heme aquí lleno de fuego
abrazado solo al frío
como la pulpa que el viento
dejó caer con su lluvia



miércoles

Ocho

Amansado por el tiempo me duelo al aire
y pienso

Nada podría consumir este fuego
que la ciudad inyecta


Este andar a paso de horas sin días
humedece todo

lluevo imágenes
como si fueran prendidas velas en un velorio
Triste sombra la mía
Estoy prendado con el dolor
que la solitaria luz de los faroles
proyecta en la callada
y fúnebre calle en que te leo recuerdo

jueves

Siete

Quiero decir tanto que no puedo
No hay palabra que designe
tal encuentro de agua y viento

o de mar y pez engullido por la espuma
No hay restos Nada
Si llorar pudiera... solo lleno de vino
Estas ganas horribles de querer decir
lo que antes era palabra tuya
y ahora en el ebano de la boca
se ha quedado

Seis

Es medio día y aún arde sobre la piel
la llama fría de la noche

El diario estupidizar
urgirse de muerte
hace que todo cuánto haga
huela a tiempo desprendido del más
temprano de mis amaneceres

Voy de paso en paso
a las aguas turbias
de un ciudad errada
furibunda
No habito el furor de los días
es más el peso de la carne
que lapida mis ideas

sábado

Cinco

Esta noche
salí a la calle con un libro
bajo el brazo

llorando versos insostenibles en la garganta
Era que tenía hambre
de estar llorado por dentro
como el vino lleno de labios y lenguas
era que el silencio brotó
de afuera y quise escucharlo

Había en las esquinas soledades juntas
besadas por el aro de la oscuridad
con todo el resplandor de su cuerpo

una mujer triste veía la cafetería de Mari
dos sujetos ebrios recordaban su desdicha cantando
La ciudad tenía formas distintas
al salir descubrí al fantasma que agota
el tiempo de los solitarios
la sombra de otros que recorrieron el mismo
silencio
y seguido de tal augurio
me senté en la banca donde tal vez
alguien más leyó estos versos

e insuficiente recordó
la hora cuando se incendió
el corazón la tarde en que tu nombre
era un gran libro de poemas no-muertos

domingo

Cuatro

He salido a cazar tiempo
por no recurrir al silencio

Dejo en casa el uso cotidiano
de nombres -rebaño de azahares-
la desdicha
ahogada en malos versos y alcohol
Dejo que se quemen abrazadas
imágenes tuyas
y se llene de cántaro el vacío
llorado
Cargo el rostro de una pareja inexacta
únicamente
y camino

a pasos blandos
deshebrando arterias para no volver

sábado

Tres

¿Es tarde?
Infinitamente el tiempo me persigue
y yo trato de enterrar la cabeza

para sentir que camino
detrás de una sombra tal vez mía
A estas horas imagino caminar
sobre el lienzo de la noche
hablar con la señora de la esquina

vieja
y enmohecida

preguntar qué hora es
o cómo está
y volver al estado natural
de animal nocturno
Quiero imaginar que llego

a mi cuarto
sin la pesada máscara de soledad en la mirada
y poder habitarlo sin miedo
lleno de hambre


pero no solo
sino extendiéndole los brazos a la mujer que me besa
todas las noches

y observa y se rehúsa a dejarme vivo