Hacía tiempo que no venía a decorar las tumbas.
Hoy vengo, no con una ofrenda, por que los
Tulipanes se han bebido hasta la sed;
Vengo simplemente por avanzar un paso.
No intento recoger las prendas enrarecidas
Del polvo, ni deseo que me lloren
Desde el carbón, los años calurosos.
Ya alguien partió dentro del fuego
Y desnudo dejó el clavo y la madera.
Y heme aquí, orando.
Levantando el fiambre de Marzo.
Prolongando el sudor del cristal,
Acariciando las inútiles horas,
Enmudeciendo como lápida que se alcoholiza
Al ver sobre sí una campana enorme
Que anuncia el secuestro religioso del alma.
1 comentario:
Lo que más me gustó fue lo último. Eso me pasó cuando pasé al lado de un cementario hace rato y vi a muchos Jesús poniendo gris sobre la tierra y yo casi que lloré cuando le bostecé a la vida.
(Hasta das ganas de que abra mi blog, ¿pero para qué?... no sé si tú te acuerdas del Deshabitado -ése deshabitado.livejournal.com-, cementerio de un vivo... hay mucho qué enterrar pero aún falta encontrarle la cruz).
Saludos.
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