viernes

Blues

Dicen que abriste el agua turbia de la sierpe
que tu cuello rodó en las manos de la vocal
y también, que tu origen de trópico

amanso la noche, al lloverte sola.

Dicen, al verte, que tu pálida mirada
abrazó el lado oscuro en el que ya no duermo
que al desvestirte dejas a la ausencia con tus cicatrices
de mujer helada.


Dicen, al sentirte, que tu cuerpo sabe a huérfano de piel,
que tus sueños se fugaron de ti,
que el aura de tus labios marcan la esquina del broquel
del que te hace tierra fértil,
y como cierva bebes el licor que suelta.


Qué fue del silencio que tu olvido pronunciaba
en qué momento comenzó la tumba a vestirte
qué ficieron esos cabellos al rojo vivo
cuando las velas ocultaban tu rostro
y sólo la sabia consonante de mi nombre pronunciabas.


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