martes

Las noches que graznan

he pensado en la muerte
y a mi pensamiento viene palabras:
árbol, arco iris, campo y mar.
otras imágenes vertidas en símbolos
recorren mi cuerpo y me sostengo
para no lamentarme o lamentarlo y caer.
desde hace tiempo escucho notas
que se rompen en el aire y me nace
la idea de volar, de ir vuelo a vuelo
graznando entre los cielos.

ah, si supiera cuál es mi canto,
cuál mi tierra, mi casa, dónde
pasar la noche y cobijarme,
ojalá ocurriera sin espantos.

pero la muerte está presente,
me toma de la mano y conduce
por la vida mis pasos:
yo soy un hijo de cuna ante la patria
que el frío gobierna,
y aún así la vida me ata a la carne
y la muerte me espera,
sobria, en la constelada mañana
donde el sueño no despierta.

de pronto digo: esta voz la reconozco,
todos los hombres la conocen,
fueron paridos por la voz ronca,
tallada en lo oscuro de la hembra.

y si todos, en este momento,
trataran de hablar, sólo grajos
saldrían de sus pechos,
pues nido no es donde concurre
la niebla.
y si alguno de nosotros dijera:
aquí me tienes,
el niño que somos todos lloraría de amor
y piedad al instante,
porque somos hijos todos, hermanos todos,
padres todos de la muerte.

ah, ojalá salga el arco iris,
tengo tanta sed de ver colores
que mis noches se van graznando.





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