miércoles

enero

:hace unos días estaba pensando en la figura del tiempo, si se me permite, dentro del hombre. no hay mucho que decir al respecto, sólo arrugas, pronto tendré un año más, es grato saberlo. en fin.

este comentario va más para el frío atroz de enero, el viento lleno de voces, su capacidad para transmitirme esa pura melancolía, viva, lúcida, pletórica, hasta romántica. el año pasado, hace escasos dos días, terminé de leer Delirios de Laura Restrepo. novela sencilla, más bien demasiado pasiva, eso, o soy muy mal lector. el final deja por mucho un sabor especie rancio y vivaz de un café cortado, (un americano, por ejemplo).

es la historia de una loca, en el buen sentido de la palabra, un esposo viejo, literato por cierto, una familia disfuncional, en cuya trascendencia sólo trasmite tedio. se mezcla el narco, la contracultura, el mestizaje, la realidad, y algunas otras cosas. esta narrada en primera y segunda persona, el meollo estriba en bogota y ciudades aledañas, la ambientación es más o menos cómoda, y bueno. el trama es así; una mujer que siempre a padecido de locura, ésta realiza actos espirítales con unas fotos de una tía desnuda, la tal tía Sofi, amante de su padre. en fin, que el esposo de Agustina, la protagonista, es hallada en un hotel un fin de semana, en realidad es por una llamada de un tal Roco que se estera en dónde está su mujer. por relatos es que la historia toma ritmo. quizá el Midas Mcalister sea un buen personaje, aunque no lo creo del todo, éste fue pareja de Agustina, y es por él que se encuentra en el hotel, debido a una sesión de trance que realiza en el Gym del Midas. es un rollo mareador, pero es lo único que concluye dignamente, supongo, lo otro la parte de la locura de Agustina, no concluye, más bien, como dice en la contraportada del libro, tiene un final esperanzador, yo diría meloso, y fútil, pero bueno, ya comencé a gruñir, já. es un libro para leerse en un viajesin en el auto, no lo haga si es usted el que conduce, fácil, ligero, y lamento que haya sido el ganador del premio Alfaguara 2004, pero repito, puede que sea mal lector, o lo soy, no sé. digo lo lamento, porque el anterior tuvo más calidad, el de Xavier Velasco y su Diablo Guardián, por cierto, quedé enamorado de Violetta.