jueves

si acaso

si acaso, Fabián vestirá como siempre
por la mañana;
dará algunos sermones al sofá, a los muebles,
y dirá del día alguna monserga
para levantarse el ánimo.
después tomará restos de vodka,
el desayuno y leerá dos o tres párrafos del libro en turno,
si acaso no imagina algún sueño
y se detiene a ver las esquinas del cielo;

pronto tendrá que irse,
despedir las horas en el umbral
y recogerse el trapo de huesos
como si importara, en verdad, estar despierto.

habría que verlo caminar:
siempre un paso a la vez,
la conjugación de perdón y olvido,
la justicia y la venganza a ritmo y plazo;
todo en su andar de destierro.

Fabián es así. tal cual.
a veces cónsul de la tarde,
otras, recaudador de impuestos
o simplemente un inmueble.