sábado

X

Victima del arraigo sólo el silencio llama las cosas
Se incendia el pecho con la brasa
harapienta del cigarro
Se inunda la casa con la voz compungida
de los abetos
El lago en el baño corre a través
de prendas íntimas
La puerta sin saberlo se abre
y así se duele de tanta pena
de tan mala suerte de estar sola
El ruido tiene que aparecer
decirse a garganta magra
para que raspe
Debe salir deste lado de la lengua
o cruelmente todo seguirá
siendo calma

IX

Vuelvo como higuera a abrazar la fe
Desde dentro algo me dice
que levante los ojos
por lo menos una hora diaria
un día como estos
Pero como la higuera
atrapo el rostro del árbol
y la raíz cierra sus arterias
Una voz quejada se alza
Sólo el aleteo de los párpados
se confunde con el vuelo
amargo de los zanates