lunes

II

En qué tiempo dejará de escucharse
entre los huesos
dejará de engullir la savia hasta
que el latido sea un guiño
y ESTO se refiera sólo al acto
de presenciar la muerte

En qué tiempo, rémora, comerás
la hetaira y su nombre
llenarás la tinta con cálido
desdén de océano
y se alejará por fin el agua

En qué tiempo el silencio ocultará
su cámara de tortura,
que la ciudad se embriague
y permita entrar el sueño

Todo se resume a esto:
el incendio apagó la calma.