lunes

Hacía tiempo que no venía a decorar las tumbas.

Hoy vengo, no con una ofrenda, por que los

Tulipanes se han bebido hasta la sed;

Vengo simplemente por avanzar un paso.

No intento recoger las prendas enrarecidas

Del polvo, ni deseo que me lloren

Desde el carbón, los años calurosos.

Ya alguien partió dentro del fuego

Y desnudo dejó el clavo y la madera.

Y heme aquí, orando.

Levantando el fiambre de Marzo.

Prolongando el sudor del cristal,

Acariciando las inútiles horas,

Enmudeciendo como lápida que se alcoholiza

Al ver sobre sí una campana enorme

Que anuncia el secuestro religioso del alma.