lunes

¿Ustedes, queridos lectores, alguna vez han ido de compras al Chedragüi? Yo sí, ayer. Compré Colchoneta, Shampoo, Desodorante, Crema para peinar, Enjuague, Downy, y etcétera de cosas; todo para el buen mantenimiento del sacro santo hogar. Luego que pido unas cajas con el fulanito que atiende el área (algunos le dice piso) de electrodomésticos.

-Siñor, Siñor. A cuánto las cajas.
-No Señor, no cuestan nada, puede tomar las que usted quiera.
-Jum, gracias.

Que tomo las cajas y una señora dice. Joven, Joven, no se puede llevar todas las cajas. Ustedes sabrán que “todas la cajas” es exagerar, y la vieja exageró. Cómo pueden entrar más de 50 cajas en dos putos carritos que van hasta el culo, con Colchoneta, Shampoo y etcétera. Y la vieja me hizo pagar un peso por las cajas que no llevaban mercancia. Su puta madre.

Luego el estupidito recepcionista (o cómo se le dice al encargado de recibir las maletas y artículos para guardar en una de esas cajitas en chedragüi, y que te dan un número para poder retirarlo después) me dice: estaba viéndolo para ver (oían ustedes, estaba viéndolo para ver) si venía por sus cosas (unos libros que compré). Yo dije, jeje, este wueyesin.
Total me retiré con mis artículos Capitales. De pronto que surge la idea de escribir eso y luego decir que tengo la sobriedad para escribir, además, el intro de un cuento.

"De tal modo que la casa se pintara de azul y con los ángulos, sentidos y geométrica correcta, Becerra recordó la historia completa de la arquitectura".

jajajaja. Por otro lado, es interesante pensar (si acaso sé) en la vitalidad. A qué viene esto, gracias a José Ortega y Gasset.