jueves

si acaso

si acaso, Fabián vestirá como siempre
por la mañana;
dará algunos sermones al sofá, a los muebles,
y dirá del día alguna monserga
para levantarse el ánimo.
después tomará restos de vodka,
el desayuno y leerá dos o tres párrafos del libro en turno,
si acaso no imagina algún sueño
y se detiene a ver las esquinas del cielo;

pronto tendrá que irse,
despedir las horas en el umbral
y recogerse el trapo de huesos
como si importara, en verdad, estar despierto.

habría que verlo caminar:
siempre un paso a la vez,
la conjugación de perdón y olvido,
la justicia y la venganza a ritmo y plazo;
todo en su andar de destierro.

Fabián es así. tal cual.
a veces cónsul de la tarde,
otras, recaudador de impuestos
o simplemente un inmueble.

1 comentario:

Anónimo dijo...

quise comentar algo apropiado pero, solo te compartiré esto con mucho respeto:

Una persona usualmente se convierte en aquello que el cree que es.
Si yo sigo diciéndome a mi mismo que no puedo hacer algo, es posible que yo termine siendo incapaz de hacerlo. Por el contrario si yo tengo la creencia que sí puedo hacerlo, con seguridad yo adquiriré la capacidad de realizarlo aunque no la haya tenido al principio.

Gandhi... :)