domingo

algo visita la noche

algo visita la noche, como espanto
o mirada,
y por fuera yo, en el aire lo comprendo:
está solo,
a mitad de significarse,
a mitad del viento y las estrellas,

algo observa,
como el maullido de los gatos,
la queja del insomnio.
se delata en la voz,
en los ademanes que rondan las tinieblas

algo mira, detenidamente, el secreto,
la plegaria que en el pecho se esconde,
algo nutre la espantosa hierba que cubre
los sinsabores.

yo quisiera verlo.
conducirlo a mi mano y que mi mano responda
a su silencio,

yo quisiera verlo,
con claridad, en mi falta de presencia.

ha de ser imposible mi encuentro
en lo más nutrido de su especie,
en lo más aislado de su boca pétrea,

algo que desconocen mis ojos
aguarda,
y yo quisiera verlo,
tomar de su nocturno aislamiento
la voracidad de su pelambre 

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