martes

Esta noche huele tanto a dolor
que no tengo huesos para respirar
un poco,

Desde el polvo que une mis bronquios
trato de ahogar este latido último
trato de huir de este latido último
y no,

la noche tiene el alma
envuelta en otro incendio
que no es el mío
y Ella vuelve al árbol de olvido
cuando mi corteza únicamente vuelve
al incendio de la semilla
que es a la vez mi tumba

Pero la noche es también el eco
de mis huesos resanados
y es el eco de mi llanto

y en toda hoja de noche
trato de cobijar mi última costilla
como si fuera esa
la bocanada de cualquier insomnio

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