miércoles

Magnífico, sí. Hace unas horas, mientras releía los designios de la diosa, libro de ensayos sobre la poética de Efraín Bartolomé, timbró el teléfono. Cuando leo acostumbro escuchar música y justo cuando pasaba a leer algo sobre Música Lunar, más bien, cuando casi casi leía el título del ensayo que trata el tema del poemario "Música Lunar", la rola número cinco de un disco pirata que tengo y es de los Judas Priest llamada Turbolover, que suena y que me abandono a un idea que tengo sobre las ventanas e inmediatamente escuché que alguien de alguna parte del país: -porque dudo que "alguien" gaste su dinero hablándome de otro país-, decidió llamarme. Entonces el rin rin del teléfono me sacó del laberinto de las ventanas y del libro y de Turbo... Todo o casi casi, todo, en menos de un minuto. Quizás eso quiera decir que soy Muy Inteligente y puedo tratar muchos asuntos a la vez.
Dejando el libro, sobre la cama, abierto en la página que le continuaba a la clara presencia de la Diosa Blanca, alias la luna, pues que me voy al lado poniente de la casa de ustedes que es la mía, porque allí está el aparato ése, como no le pudieron añadir conexiones, pues se quedó en la sala.
Levanto la Bocina y que digo:

-Bueno.

-Buen día, le habla Marta Carballo de teléfonos de México, se encuentra el señor "tal".

(Y que me quedo pensando por milésimas de segundo, en que si se sabe encontrar mi padre , además, también en qué quiere la Martita y qué le hice a Telmex.)
Y respondí:

-No, no se sabe encontrar, pero está usted hablando con su hijo, el hijo de mi padre, que tampoco se sabe encontrar.

-Y tiene usted capacidad para decidir en su familia.

(Eso si me caló, qué le interesa. Sé que soy bastante responsable para seguir con mi irresponsabilidad, que también soy lo suficientemente ilustre para vagar y fastidiarme después del trabajo con pensamientos absurdos; sobre todo con los de la "nena", eso, como quiera, me hace capaz. Y por si fuera poco, también sé que tengo muchas oportunidades para cambiar, pero como me gusta ser miserable, decido no hacerlo, y qué, la Martucha preguntándome a mí, hijo del señor don "tal". A mí, dueño de un bajo eléctrico, pocos libros, un Modular marca sony y mi Godofredo, o sea, me molesta que crean que soy incapaz. Martita, cuándo aprenderás.)

-Mhmmm, si.

-Bueno. Mire. Le dejo este número de teléfono: 14528122586. Con ese número se puede comunicar a las oficinas de teléfonos de México, ya que ahora le ofrecemos un cambio de línea en donde usted tendrá cien llamadas gratis con un pago mensual de $&%$$ pesos.

-Ah!

-Cuando guste llamar estaremos para servirle.

(je je, sí. Como no, je je.)

-Recuerde, (o sea, aparte de ofenderme diciendo que nadie me quiere en la familia por ser incapaz, me dijo que soy un pobre pendejo que no recuerda) le llamó Marta Carballo, gracias por su atención: que tenga buen día.

-De nada, igualmente ¡chulita!

Y que me voy al cuarto a pensar en la Marta Carballo. Ya estando acostado, con el libro del Gustavo en las manos y casi casi leyendo Música Lunar, que me pongo a escuchar Nirvana: Rape me, rape me, ajua. Rape me, rape meeeeee!

A mí se me antojó la Martita, o sea, ya pensándolo bien, como que sí. Digo, quizás estaba sentada frente a un aparato como esos que salen en la televisión, donde hay muchos cables y muchos trabajadores fastidiados, o fastidiándose. O tal vez frente a un objeto raro que desconozco su nombre y es bastante interesante, de esos de tecnología moderna.
Y si era de color claro su cabello, con un traje de color azul marino, je je, el azul marino uhhh. Y si tiene unas tetas enormes y un culo sabrosísimo. Y si se está cogiendo con el jefe del departamento, o qué tal si tiene los pechos chicos y el culo eeeenorrrrme, o al revés. Y si no tiene nada de eso y es rubia con ojos hermosos y de carácter fiel. Nooo: no puede ser. Se está cogiendo con el jefe del departamento o sea que me está siendo infiel, o sea que está súper buena y yo nada más estoy, joder. O sea, y si le gusta tenerme a mí y a él y, si le gusta los tríos. No, no va conmigo. Digo, soy liberal pero no para tanto; y si ahora está con ese pendejo de su jefe, cogiendo. Y si le están agarrando su culo que es mío (el de Martita), porque si no fuera mío no me hubiese llamado, o qué.
Aja já, me quiere pero se hace del rogar, pues que se cree la pendeja. puta madre yo no la voy a estar esperando todo el tiempo; tal vez un poquito, pero de todos modos ya la quiero antes de las siete y no aparece, qué culera, qué culazo se a de tener, hay mi Martita, la voy a esperar no vaya a ser que sean puros alucines míos y sólo se haya tardado en el trabajo. ¡Como es de buena conmigo mi Martita! Siempre tan linda, ella.

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