martes

Dos

A estas horas no quiere a nadie
no siente
mi cuerpo es un lirio que contempla
el reflejo de otro lirio
y se ennegrece por haberse visto solo

Se llena de tumba
y no le penetra el aire
está inasible

a estas horas se guarda
dando vueltas como un animal
en su propia jaula
Si me alejo de mi cuerpo

comprendo que está solo
que necesita caricias
besos
que debería estar acompañado
acerando sus garras en alguna espalda
y beber la sangre que de ella corra
pero comprendo su soledad
y lo dejo descansar bañado de tiempo
y desgano

Sé que no tiene la culpa de haber despertado
este día incontrolable
terco y ruin
en que a mí
se me antojó recordar las veces que

era acompañado

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