martes

Poemas Vampíricos

Desconozco el abrir del cántaro
cuando de vacío se llena;
mar y pétalo incendiados
como cóncava muralla de tu ombligo.
Mar y ojos habitándose desconocidos.
Entonces..., el agua penetra la pupila.
Llena de tiempo el hombro
y la piel oculta
tras el lirio y el molde, abre
para sí, el maullido de los huesos.
Y ya no te veo, sino como apóstol
de lo oscuro, condeno las brisas
de la mirada, y hago que
la noche
nos arrulle a canto de colmillos.

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