jueves

Vigilia

A Isabel Muñoz Pasquett

Descorro las cortinas del cuarto
y hablo conmigo
intentando aclararme los ojos.
Un vaso de té,
dos uvas y el descolorido uniforme
de la escanciadora sobre la cama.
La brasa incendiaria tintineando
entre almohadas;
la voz fúnebre del claxon detrás del edifico
y el aleteo
submarino de mi corazón,
pesan sobre todas las cosas
que me habitan.
Puedo ver la silueta del mar
aquí
en el abrazo nocturno y sin nada
que mi cuerpo invita,
puedo ver los lirios nadar
como quien evoca demonios
en las uñas,
pero todo baja a llanto,
como una vaca gorda,
regordeta que da de beber
al crío décimas de memoria.
Puedo ver la figura
entre los muebles,
el ruido, la bitácora de lutos
y el ladrido del perro
que en su panza guarda la noche
y tal como yo,
lunático se envuelve de fragmentos.

3 comentarios:

Serpiente sabor Sandía dijo...

Me volví "lunática" con sus fragmentos... siga así mi buen panbimbero... excelente texto!!!

Anónimo dijo...

Solidificado no de solido si no de solo...

jesús hernández dijo...

chingón este poema, chidas las imágenes, como esperando el aguacero...un abrazo