sábado

III

En este leve ascenso
muy leve
de tarde cocinada al tiempo
como en una gran cacerola

de corazón abierto
y pulpa de mañana tristísima
Al dente
bajo a ver partirse
la lluvia en las esquinas y los
retablos que bese y bese
el olor a tierra no se mueren
¿Qué llagas esconden
abrazadas en la piel del agua esas
imágenes que se han ido?
Esta ciudad es un hilo
de lenguas
sobradas de tanto llanto

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