lunes

IV

Este poema enfermo
el más dolido de todos
donde aquí se anega

la voz
Violeta recuerdo
Tres noches ha que no vuelve
el derrumbe de tus Costas
a mi ansiada y desesperada
cuenca
mi boca
lamento y tristísima
consola
Hace tiempo que huelo
a terco
a furibundo terrón de lágrima
y trato de no ahogar
tanta soledad en mí mismo
Estos días
augurio de otra tumba
me llenan de ti
y ausencia te recorro
en los azahares del cuarto

y en el azar de velas
cromáticas sobre las calles

Tu lugar es la noche
habitas la oscuridad del ojo
y observas de lejos
el paño que tiende la negritud
sobre la ciudad fútil
No haces nada
tu olor me contagia
contigo el abrazo torpe
del corazón asimétrico
a ti va la sombra
de mi sombra en un remolino
de silencios
besos del grito
y te vistes de ellos
para no verme
Violeta
Esta ciudad me arde
y no hace mi palma
más que sangrar y sangrar
por la pura costumbre
de herirse


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