Te veo salir de ti misma y abres la compuerta al misterio. Recoges el fuego de tu cabello tendido al aire y las chispas caen como lluvia sobre esta isla que se quema. Luego escucho el graznar de los muebles cuando el desnudo se perpetúa. Vienes y vas y me despojas de las horas, siendo reloj de arena, con tu marea de espuma encaminada a la palestra de la calle.
1 comentario:
El traje predilecto de los hacedores, tejedores y deshacedores de palabras: el desnudo....
Pues a desnudarnos se ha dicho y a gozar de la espuma de las olas del mar en ésa remota orilla del placer de la palabra... saludos!!!
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